Las plantas necesitan calcio para crecer. El calcio mejora la estructura del suelo, reduce la salinidad y facilita la penetración del agua.
El calcio protege a las plantas de enfermedades, hongos y bacterias. Se obtiene de las cáscaras de huevo.
Reunir una buena porción de cáscaras de huevo. Secarlas al sol. Cuando estén bien crujientes molerlas con la mano o en un mortero de cocina.
Enterrar una cucharadita en círculos cerca a la base de las plantas. O mezclar con la tierra a la hora de sembrar.
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